Diarios de las estrellas. Viajes


Autor: Stanislaw Lem
Título: Diarios de la estrellas. Viajes
Editorial: Punto de lectura
Año: 2000
Páginas: 257


"—¿Por qué la numeración de viajes en mis «Diarios Estelares» tiene lagunas?

—¡Ja, ja, ja! —soltó una carcajada—. ¿Ya no crees en mí? Porque hubo expediciones en el tiempo y otras en el espacio. En tales circunstancias, no se puede ni siquiera hablar de una primera: siempre se puede retroceder hasta donde no hubo ninguna, e ir a alguna parte; entonces la que fue la primera se convertirá en la segunda, y así hasta el infinito"

—Ijon Tichy a Ijon Tichy.


Esta edición de Punto de Lectura, como la mayoría de las ediciones españolas de esta obra de Lem, presentan los Diarios de las estrellas divididos en dos partes, la primera: Viajes, donde se incluyen los ocho 'primeros' viajes de Ijon Tichy, y una segunda: Viajes y memorias, donde se incluyen los seis siguientes y la parte de Memorias.

La estructura del libro se compone de una introducción y ocho relatos: en la introducción se otorga a la obra una veracidad difícil de discutir, de mano del Instituto Tichológico y otras instituciones colaboradoras. Se nos informa brevemente de la labor de recopilación de los escritos de Tichy y el trabajo que hay detrás para que la obra llegará al público de la forma más correcta. Por otro lado, los relatos tienen todos como narrador al propio Ijon Tichy, no tienen títulos sino que están numerados de forma no continuada, y tampoco se aprecia una continuidad en la narración, salvo en un caso, no existen menciones de unos relatos a otros. 

El personaje principal se presenta en la introducción como un personaje histórico, una suerte de héroe cuyo trabajo y cuyos viajes son objeto de estudio histórico y admiración. Sin embargo, en sus diarios Tichy se presenta como un personaje muy cercano, muy corriente en algunos aspectos, aunque es ciertamente más inteligente que la media y, depende el caso, también más valiente. A pesar de esto el personaje no aparece demasiado caracterizado, no hay descripciones físicas, no sabemos nada de su vida pasada, de su familia, o de sus gustos, más allá de los huevos fritos y las latas de sardinas. Pero es difícil achacar esto a una falta de Lem, más bien, por los contextos en los que se mueve Tichy y los dilemas morales que plantea, es fácil ver a Ijon Tichy como un 'representante' de la humanidad, en contraste con otras civilizaciones, con otras especies en otros planetas, Tichy actúa como lo haría un humano, eminente, sí, pero humano al fin y al cabo, se caracteriza por su bondad y su valentía, pero también va a preferirse salvarse a sí mismo antes que a los demás, no es un mártir, siente miedo, y su curiosidad en muchos casos le va a meter en problemas, tiene, por así decirlo, defectos muy humanos. 

Son relatos que nos hablan, sobre todo, de esa naturaleza humana llena de dualidades y defectos imperdonables, en nuestros mejores y en nuestros peores momentos, y, sobre todo nuestra forma de enfrentarnos a lo extraño. Lem parece centrarse en varios relatos en esos 'fallos' de la humanidad como especie. En el relato octavo, por ejemplo, se plantea a la humanidad como candidata a entrar en la Asamblea Planetaria, Tichy acude como representante de esta a una suerte de entre vista ante miembros de todos las civilizaciones de la galaxia, y lo que parecía un trámite se acaba imponiendo como un juicio de todos nuestros errores y perversidades como especie. Así también, en los relatos decimoctavo y vigésimo, de temática de fondo similar, pero planteamientos diferentes, se muestra a un Tichy dispuesto a enmendar todos estos errores, tanto los históricos como los intrínsecos de nuestra propia especie, y en ambos relatos la naturaleza humana acaba por convertir la solución en parte del problema. En este sentido, Lem plantea el relato de viajes en el tiempo como un relato cerrado, circular y sin fallos, en el que, tras el viaje necesario, todo queda exactamente igual que estaba.

Respecto a la narración, Lem es profundamente imaginativo, y tiene un recurso frecuente al humor, desde la primera página, por trágica que sea la situación planteada la narración tiene un toque de humor, incluso a veces algo negro, un humor a veces absurdo y a veces terriblemente inteligente, muy similar al que podemos encontrar en Doctor Who. También destaca el uso de la elipsis, y es que Lem tiende crear expectativas de fondo en algunos de sus relatos con pequeñas tramas que luego no llega a solucionar, muchos de sus relatos te dejan con ganas de más. Respecto a los términos científicos, evidentemente muy abundantes, no entorpecen en forma alguna ni la lectura ni la comprensión de ninguno de los relatos para el lector sin el más mínimo conocimiento científico. 

En definitiva, tanto si buscas ciencia ficción pura como si buscas filosofía, historia, o reírte un rato, los diarios del genio Tichy están totalmente recomendados.



"En estos últimos tiempos, aparecieron unas voces que ponían en duda la paternidad de Tichy sobre su obra. Una parte de la prensa sostenía que éste fue ayudado por alguien; la otra, más extremista, llegó a afirmar que Ijon Tichy nunca había existido, siendo su obra creada por un dispositivo llamado «Lem». Hubo, incluso, quien quiso convencer al público de que «Lem» era un hombre. Sin embargo, cualquier persona enterada, aun superficialmente, de la historia de la cosmonáutica, sabe que LEM es la abreviatura del nombre LUNAR EXCURSION MODULE, o sea, de un módulo de exploración lunar construido en USA dentro del programa del «Proyecto Apolo» (el primer alunizaje). Ijon Tichy no necesita defensa, ni como autor, ni como viajero. A pesar de ello, deseo, aprovechando la ocasión, demostrar la aberración de aquellos rumores. De uno de ellos en particular: es cierto que LEM estaba provisto de un pequeño cerebro (electrónico), pero éste servía únicamente para los fines de la navegación, muy delimitados, y no hubiera podido escribir ni una sola frase sensata.
 No se sabe nada de ningún otro LEM."

2 comentarios:

  1. ¿Se podría decir que el libro de HARD?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tampoco es que yo sea una experta, pero en mi humilde opinión no, ni el 'ámbito' científico dificulta la lectura ni utiliza los relatos para desarrollar una teoría científica, más bien utiliza el argumento científico para contarte otra cosa.

      Eliminar