American Gods

Autor: Neil Gaiman
Título: American Gods
Editorial: Rocabolsillo /Edición X Aniversario
Año: 2001
Páginas: 558



American Gods es la cuarta novela de Neil Gaiman, escritor británico más conocido por ser el creador de la serie de novelas gráficas Sandman. Del año 2001, fue publicada por primera vez en España por Norma Editorial y diez años después en una versión extendida (la original) por Roca Editorial. American Gods es un recorrido por la mitología más profunda de los Estados Unidos con la forma de una novela de fantasía, en apariencia juvenil, pero no para todos los públicos. La novela sigue una estructura lineal, con un narrador omnisciente que, la mayor parte del tiempo, va a seguir únicamente al protagonista.

La novela sigue los pasos de Sombra, el protagonista, al que le quedan pocos días para salir de la cárcel, tras una estancia de tres años, y a quien le comunican que su esposa Laura, con quien había planeado todo su futuro, ha fallecido en un accidente de tráfico junto con su mejor amigo. Así, Sombra descubre que su recién adquirida libertad le sirve de bien poco, pues no tiene plan alguno. Al salir de la cárcel se encontrará con un enigmático hombre que se hace llamar Señor Wednesday, que le pondrá a trabajar a su servicio. Más tarde Sombra descubrirá que el Señor Wednesday es una encarnación de Odín, y que lidera una guerra, en la que los antiguos dioses, llevados a América por aquellos que emigraron de sus tierras y venidos a menos con el paso de los siglos por la pérdida de la fe, luchan contra los nuevos dioses en alza, encarnados por las tecnologías (internet, televisión, transportes, etc.). Así Sombra recorrerá los Estados Unidos siguiendo al Señor Wednesday para encontrar a dioses que se unan a su causa.

Como el propio Gaiman reconoce, el libro es tanto una novela de aventuras como un recorrido geográfico y cultural por los Estados Unidos, presentando sus creencias, sus tópicos y su estilo de vida, lo cual supone un reto para un autor británico. Lo que no se puede negar es que la obra te sumerge por completo en el espíritu yanqui, alejándose del habitual estilo británico del autor.

Otra de las grandes facetas del libro es la enorme labor de documentación del autor, y no me refiero solo a la geografía y costumbrismo norteamericano, que también. Sino a la gran cantidad de referencias mitológicas incluidas en la novela, empezando por el propio nombre del co-protagonista, Wednesday, que hace una referencia a los días de la semana en inglés y los nombres de “Odín (también llamado Woden, Wodan o Wotau)”, y un montón de referencias que sería imposible entender sin su correspondiente nota a pie de página, no solo a los dioses más conocidos de la mitología nórdica o hindú, por poner algún ejemplo, sino a creencias de tribus de las que es difícil que el lector haya oído hablar.

Además, Gaiman incluye, entre capítulo y capítulo, narraciones cortas, en apariencia desconectadas del texto general, en las que se cuenta la llegada de estos dioses al nuevo continente, contando, por ejemplo, las vivencias de los africanos que fueron convertidos en esclavos y llevados a América, llevando con ellos una amplia gama de creencias, o de británicos de creencias paganas de tipo céltico que fueron desterrados a Norteamérica por incumplir alguna ley. Estos pequeños relatos, aunque mantienen un elemento fantástico, no se trata de un libro de historia, ni mucho menos, son fruto de años de documentación y de un amplio conocimiento del tema. Si bien es cierto que estas historias son bastante amenas y muy interesante, también cabe decir que a veces interrumpen la narración, aplazando la historia del protagonista al que todos seguimos y metiendo en medio cincuenta páginas hasta que volvemos a encontrarle, aunque se puede decir a su favor que estas historias no están totalmente desconectadas del resto del libro sino que dan una visión más amplia del mundo creado por Gaiman.

Una de las mayores críticas que se le ha echo a la obra de Gaiman es la frialdad o falta de emociones del protagonista, que parece no reaccionar a la muerte de su esposa ni a las innumerables situaciones del todo surrealistas que se le plantearán a lo largo de la novela. Sin embargo, la aparente falta de emociones del protagonista no se debe a una carencia de Gaiman en la narración, pues otros personajes nos sorprenden con una rica personalidad y salidas de todo de lo más inesperadas, al contrario, el carácter taciturno de Sombra es parte del marco en el que se narra la novela, y nos sumerge aún más en una atmósfera de irrealidad, en la que todo es posible, con él, Gaiman nos dice: tienes que estar preparado para cualquier cosa.

Unos de los puntos fuertes de la novela son sin duda los diálogos, llenos de un humor inteligente y satírico muy característico de Gaiman. Otro punto fuerte son las vividas descripciones, que crean escenarios muy gráficos, fáciles de imaginar, en las que se incluyen bastantes escenas ciertamente subidas de tono. Gaiman no se corta en usar un vocabulario de lo más directo, a veces incluso soez, para hacer llegar el mensaje sin ningún tipo de adulteración. Sin embargo, aunque el autor hace gala de un imaginación desbordante que nos sumerge en situaciones completamente inesperadas y no pierde la capacidad de sorprendernos, cabe decir que la estructura en general y el final al que va encadenado puede no llegar a estar a la altura de los medios desplegados para llevarla a cabo.

En definitiva, puede que American Gods no sea la obra maestra de Neil Gaiman, frente a, por ejemplo, otras novelas como Coraline, pero, pese a sus fallos, tenemos delante una novela de 500 páginas que el lector amante del genero no se arrepentirá de haber leído.